APOYO PARA LAS NIVELACIONES DE GRADO QUINTO-SEGUNDO BIMESTRE
17.06.2014 07:04RECORDEMOS UN VIDEO
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Las guerras como las define María Teresa Uribe son “eventos trascendentales en las trayectorias de las naciones, momentos de ruptura en los cuales se trastocan los órdenes convencionales, situaciones de riesgo y de peligro generalizadas y sucesos trágicos que significan la alteración de la vida para sectores muy amplios de la población”2 ; eventos que a su vez tiene una carga semántica muy fuerte relacionada con sangre, violencia, desolación…
Pero si en el caso de las guerras que se dieron en el siglo XIX “se buscara recuperar el sentido político de estos enfrentamientos dentro del contexto de la configuración política de Colombia partiendo del papel que juegan en ellas los partidos liberal y conservador tanto como confederaciones contrapuestas de redes regionales, subregiones, locales y sublocales de poderes y contrapoderes como de imaginarios políticos que fragmentan la comunidad imaginada” 3, estas se llenarían de elementos muy significativos que las llevarían a un nivel mas allá del habitual.
PERÍODO REPUBLICANO
En la época de los gritos de independencia de la América española (1808-1811), el virreinato estaba dividido en aproximadamente 22 provincias, cuyos límites a la larga serían los que definirían la posterior organización territorial de la región. Éstas se camuflaron muchas veces dentro de otras entidades (estados o departamentos) que surgieron después, pero siempre mantuvieron su perfil territorial.
Algunas pocas de dichas provincias se reunieron en una pequeña federación denominada Provincias Unidas de Nueva Granada, mientras otras se mantuvieron fieles a España y otras se declararon independientes por sí mismas. Esto desembocó en un caos político (el cual se manifestó en una guerra civil) que permitió a la corona española llevar a cabo sus planes de reconquista del Virreinato y los demás territorios americanos, que acabó, efímeramente, con los sueños de libertad de las gentes que habitaban el continente.
Sin embargo algunos pueblos no desistían de su libertad. Es así como Simón Bolívar entre 1819 y 1822 libertó varias de las regiones del continente americano en contra de las fuerzas realistas; durante este tiempo permaneció la división en provincias, aunque debido al caos originado por la guerra, a los levantamientos regionales y declaraciones de independencia de varias de ellas, muchas quedaron sin gobierno de parte de la Corona española.
Una vez alcanzada de forma permanente la independencia, nace el 17 de diciembre de 1819 la nación hoy conocida como Gran Colombia, en la cual las regiones conocidas como Nueva Granada, Venezuela y Ecuador se agruparon y cada una pasó a formar como departamento. Más tarde en 1822 se unieron las recientemente liberadas regiones del sur del Ecuador, por lo que se reorganizó la división política administrativa del país. Los 3 grandes departamentos se dividieron en otros 12 para hacer más fácil la gestión administrativa y fortalecer la identidad nacional. Sin embargo, aunque en un principio se pensó en obviar las divisiones administrativas coloniales, éstos departamentos se basaron en las provincias en las cuales se hallaba dividido el antes Virreinato.
ACTIVIDAD
- Elabora un resumen del texto anterior y busca las palabras desconocidas en tu diccionario.
- Escriba 3 razones por las cuales inicio la patria boba.
- ¿Por qué motivos varios pueblos de la Nueva Granada durante 1810 declararon su fidelidad a la corona española?
- ¿Por qué crees que hasta 1819 se consiguió realmente la independencia de nuestro país?
EXPEDICIÓN BOTÁNICA
Por: Díaz Piedrahita, Santiago
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EDICION 240 |
Sobre el autor: Santiago Díaz Piedrahita, autor del presente artículo, es Botánico de la Universidad Nacional de Colombia. Además, es profesor Emérito y Ex-Decano de la Facultad de Ciencias Naturales de la Universidad Nacional de Colombia. Miembro de Número y Expresidente de la Academia Colombiana de Historia. |
Tomado de: Revista Credencial Historia. |
En el terreno de la numismática no es frecuente que figuras ajenas a la política y a los hechos bélicos adornen la moneda de curso legal. En el caso colombiano tan sólo dos personajes cuya actividad se centró en las ciencias han merecido aparecer en los billetes, honor que antes sólo había tenido Francisco José de Caldas pero, más que como científico, como mártir de la Patria. En la actualidad la efigie de Julio Garavito Armero aparece en los billetes de veinte mil pesos y tres decenios atrás la de José Celestino Mutis adornó los billetes de doscientos pesos. Adicionalmente, y en un caso sin precedentes, la imagen de Mutis estuvo presente en los últimos billetes de doscientas pesetas, antes de que esta moneda cediese su lugar al euro. Esta circunstancia ratifica que Mutis es ampliamente conocido y que, sin duda, fue el personaje más influyente de la época colonial. PERSONALIDAD DE MUTISEn 1760 Mutis viajó a la Nueva Granada como médico del virrey Pedro Messía de la Cerda; al concluir el mandato de su superior, optó por quedarse en el virreinato como promotor científico: la flora, la fauna y la gea del trópico americano le habían cautivado. Como naturalista alcanzó los títulos de director de la Real Expedición Botánica y Astrónomo Real de Santafé. En 1772 se hizo sacerdote; previamente había sido empresario minero, exportador de cortezas de quina, investigador con énfasis en la botánica y bibliófilo. Merced a sus conocimientos contribuyó a innovar la educación como introductor de nuevas cátedras en el Colegio del Rosario, y fue gestor de una Sociedad Económica de Amigos del País cuyos fines eran los de promover y poner en práctica los medios para fomentar la agricultura, la cría de ganados, la industria, el comercio, las ciencias útiles y las artes liberales. LA EXPEDICIÓN COMO EMPRESA CIENTÍFICALa Expedición Botánica promovida por Mutis fue la máxima empresa científica del período colonial, marcó una época y se convirtió en referente obligado de la ciencia colombiana, funcionó a la manera de un instituto científico que tenía bajo su responsabilidad el estudio de los recursos naturales y de su aprovechamiento. Por su concepción contribuyó a la educación y a la formación científica de unos cuantos jóvenes que estaban llamados a perpetuar estas disciplinas en nuestro medio. La Expedición nació oficialmente el 30 de abril de 1783 y fue protocolizada como una empresa auspiciada por el Estado español mediante Cédula Real suscrita el 1º de noviembre del mismo año. Esta iniciativa, la más importante de todas las planteadas por Mutis, contó con el apoyo decisivo del arzobispo–virrey Antonio Caballero y Góngora, y fructificó en un tercer intento, cuando el naturalista y sacerdote ya había abandonado la idea de emprender una gran expedición. En mayo de 1763 Mutis había hecho una primera representación al rey solicitando autorización para iniciar esa obra, que tal vez había sido el verdadero motivo de su viaje a la América; en 1764 repitió la solicitud, que sólo tomó cuerpo en 1782, cuando Caballero reencontró a Mutis, quien prácticamente se hallaba retirado del mundo y dedicado, desde 1777, a explotar las Minas del Real del Sapo en la provincia de Mariquita. En el seno de la Expedición se formaron o perfeccionaron en las ciencias varios criollos ilustrados que actuaron como líderes del movimiento del 20 de julio de 1810. Sin embargo, no existen bases para plantear que Mutis haya albergado en su mente propósitos independentistas o que haya tenido nexos con la masonería, sociedad en la que se complotaba contra la monarquía. Para comunicarse con Carlos Linneo y con otros naturalistas suecos se valió de Bellman y de Juan Jacobo Gahn, cónsules de ese país en Cádiz; ellos sí pertenecían a las logias. Adicionalmente los sediciosos que fueron expatriados y estuvieron detenidos en Cádiz mantuvieron contactos con las logias de esa ciudad, así como con las de París y Londres donde buscaron apoyo para su causa. Ejemplos de ello son Antonio Nariño, Sinforoso Mutis y Francisco Antonio Zea. No fue propósito de Mutis preparar líderes políticos. Éstos se formaron sin su ayuda, pero sí a la sombra de su biblioteca y de los ideales de la ilustración. La Expedición no fue abrigo de complotados; las ideas de emancipación se ventilaban en el seno de las tertulias literarias y en las aulas de los colegios mayores, no en los gabinetes de la Casa de la Botánica. El Observatorio Astronómico de Santafé, dependencia de la Expedición, sí se utilizó como sitio de reunión por los complotados, pero año y medio después de la muerte de Mutis. La confiscación de los materiales acopiados por la Expedición no tiene relación con el movimiento de emancipación. Tales materiales, atesorados cuidadosamente durante tres décadas, sí fueron empacados en forma precipitada y llevados rápidamente a España por orden de Sámano, pero no como una represalia en contra de los complotados, sino por iniciativa de Pascual Enrile y para complacer a su amigo Mariano Lagasca, director del Real Jardín Botánico de Madrid, quien le había sugerido tratase de recuperar ese patrimonio. Esto explica el porqué los avezados militares llegaron a la capital preguntando por los materiales de la expedición, y por qué una de sus primeras órdenes fue la de empacar y enviar todo a Madrid con celeridad. En 1814 se había hecho un estricto inventario, por lo que la labor se redujo a empacar los materiales, responsabilidad que recayó en Sinforoso Mutis, quien contó para ello con la colaboración espontánea del pintor Francisco Javier Matís. Sinforoso había sucedido a su tío en la dirección de la Expedición, pero estaba privado de la libertad; aparte de haber sido condenado por sedicioso durante la revuelta de los pasquines y de haber estado preso en Cádiz, había resultado comprometido con el movimiento del 20 de julio; era uno de los firmantes del acta de independencia y había sido jefe de policía del gobierno rebelde. En calidad de preso, todas las mañanas era sacado de su reclusión en el Colegio de San Bartolomé, para pasar a la Casa de la Botánica e intervenir en el ordenamiento, clasificación y encajonamiento de las colecciones y de los manuscritos científicos. Los elementos fueron separados por materias, tras lo cual fueron empacados; la parte botánica fue arreglada en escasos seis días. El resto de la tarea tomó dos meses y fue ejecutada con gran eficiencia por el capitán Rafael Sevilla; cumplida la misma se produjo su remisión a Madrid por la vía de Cádiz. Como consecuencia de la incautación de los materiales, la Expedición se magnificó en la memoria de los neogranadinos y sus materiales pasaron a ser un tesoro vilmente arrebatado. A MANERA DE CONCLUSIÓNUn balance objetivo de la conducta y de las realizaciones de Mutis deja en claro que el gaditano nada tuvo que ver con la insurrección, aparte de contribuir, involuntariamente y como buen ilustrado, a perfeccionar en la ciencia y en el conocimiento a sus discípulos y colaboradores más cercanos. Aún no se habían precipitado los acontecimientos políticos cuando le sorprendió la muerte; su sobrino Sinforoso, viejo complotado, apenas había regresado de La Habana una semana antes y no había tenido tiempo de comprometerse políticamente con nadie. Entonces Caldas se encontraba al margen de cualquier complot. Rizo se ocupaba de sus actividades como mayordomo y administrador de la Casa de la Botánica y Jorge Tadeo Lozano y José María Carbonell aún no habían incursionado en el ambiente político. Distinta sería la situación un año más tarde. BIBLIOGRAFÍACaldas, F. J. Cartas de ........, recopiladas y publicadas por Eduardo Posada, Academia Colombiana de Historia, Biblioteca de Historia Nacional, Vol. XV, Bogotá, 1917. Díaz Piedrahita, S. La Botánica en Colombia, hechos notables en su desarrollo. Academia Colombiana de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales, Colección Enrique Pérez Arbeláez 6. Santafé de Bogotá, 1991. Díaz Piedrahita, S. Mutis y el movimiento ilustrado en la Nueva Granada. Ediciones conjuntas de la Universidad de América y la Academia Colombiana de Historia. Bogotá D.C., 2008. Gutiérrez, Ramos, J. Sinforoso Mutis y la Expedición Botánica del Nuevo Reino de Granada. Biografía de la Ciencia Colombiana, Biblioteca Breve, Fondo FEN Colombia. Bogotá, 1995. Hernández de Alba, G. Historia documental de la Real Expedición Botánica del Nuevo Reino de Granada después de la muerte de su director Don José Celestino Mutis 1808-1952 . Fundación Segunda Expedición Botánica, Instituto Colombiano de Cultura Hispánica, Bogotá, 1986. Mutis Durán, F. Don Sinforoso Mutis Consuegra. Boletín de Historia y Antigüedades 7(18): 193-235. 1912. |
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